Month: Noviembre 2019

Una carga hermosa

Me desperté en plena oscuridad. No había dormido más de 30 minutos, y en mi interior sentía que no me volvería a dormir pronto. El esposo de una amiga estaba en el hospital, tras haber recibido la temible noticia: «El cáncer ha vuelto… ahora en el cerebro y en la columna vertebral». Todo mi ser se dolía por ellos. ¡Qué carga tan pesada! Y aun así, mi espíritu se reanimó con mi sagrada vigilia de oración. Se podría decir que me sentí con una carga hermosa por ellos. ¿Cómo puede ser?

Fructífero hasta el final

Aunque Lenore Dunlop tenía 94 años, su mente era aguda, su sonrisa, brillante; y muchos percibían su amor contagioso por Jesús. No era inusual encontrarla con los jóvenes de la iglesia; su presencia y participación eran fuentes de alegría y ánimo. Su vida era tan vibrante que su muerte nos tomó por sorpresa. Como una corredora enérgica, cruzó a toda velocidad la línea de llegada de la vida. Su energía y devoción eran tales que, tan solo días antes de morir, había completado un curso de 16 semanas sobre llevar el evangelio a todo el mundo.

Deseo verdadero y profundo

Reepicheep, un ratón de voz chillona, es quizá el personaje más valiente de Las Crónicas de Narnia. Se lanzó a la batalla, blandiendo su pequeña espada; no temió mientras dirigía al Viajero del alba hacia la Isla Oscura. ¿Cuál era el secreto de la valentía de Reepicheep? Su profundo anhelo de llegar al País de Aslan. «Ese es el deseo de mi corazón», dijo. Reepicheep sabía lo que verdaderamente quería, y eso lo guió hacia el rey.

Amar al extranjero

Cuando una parienta mía se convirtió a otra religión, mis amigos cristianos me instaban a que la «convenciera» de volver a Cristo. Al principio, busqué amarla como Cristo lo haría; incluso en sitios públicos donde algunos fruncían el ceño ante sus ropas con «aspecto extranjero». Otros incluso hacían comentarios ofensivos. «¡Vete a tu país!», le gritó un hombre, sin saber o ni siquiera importarle que ella ya estaba «en su país».

Enredados

Hace años, unos soldados que peleaban en una selva sofocante, se encontraron con un problema frustrante. Inesperadamente, una enredadera espinosa se adhería a sus cuerpos y aparejos, y quedaban atrapados. Cuando luchaban para liberarse, aún más tentáculos de la planta los enredaban.  Los soldados la llamaron enredadera «espera un momento», porque cuando quedaban atrapados y sin poder avanzar, tenían que gritarles a los demás: «¡Oye, espera un momento, estoy atrapado!».

Papá, ¿dónde estás?

«Papá, ¿dónde estás?».

Apuntar al premio

En la película de ficción Forrest Gump, Forrest se vuelve famoso por correr. Lo que comenzó como un trote «hasta el final del camino» continuó durante tres años, dos meses, catorce días y dieciséis horas. Cada vez que llegaba a un destino, establecía otro y seguía corriendo, yendo de un lado a otro de Estados Unidos, hasta un día en que ya no tuvo más ganas. «Tener ganas» fue la manera en que empezó a correr. Forrest dice: «Ese día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr un poco».

Círculos de alerta

Las gacelas africanas forman instintivamente «círculos de alerta» mientras descansan en la sabana. Se agrupan, con cada animal mirando hacia afuera y en una dirección levemente distinta. Esto les permite escanear el horizonte los 360 grados y avisar sobre posibles peligros u oportunidades.

Amigos verdaderos

En la escuela secundaria, tenía una «a veces amiga». Éramos «compinches» en nuestra iglesia, y ocasionalmente nos reuníamos fuera de la iglesia. Pero en la escuela, la historia era distinta. Si nos cruzábamos a solas, quizá me saludaba, pero solo si no había nadie cerca. Al darme cuenta, dejé de intentar captar su atención dentro de las paredes de la escuela. Yo conocía los límites de nuestra amistad.

Nuestras bendiciones, su amor

En 2015, una mujer dejó en un centro de reciclaje la computadora de su esposo fallecido, y que había sido fabricada en 1976. Pero más importante que cuándo la fabricaron fue quién la había hecho. Era una de las 200 computadoras hechas a mano por el fundador de Apple, Steve Jobs, ¡y su valor estimado era 250.000 dólares! A veces, conocer el verdadero valor de algo significa saber quién lo hizo.